la verdad es que quería estudiar la universidad pero viendo tanto desempleo y tanta gente que se va a la usa y hacen dinero pues se me quitan las ganas aparte la carrera que a mí me llamaba la atención no tiene mucha salida laboral (derecho)
entonces pues por eso me quiero ir a la usa, mi mamá está allá y pues no me va a tocar andar rodando y puedo conseguir un trabajo fácil yo ya la tengo clara ir a trabajar como caballo ya tengo la suma más o menos y si limito los gastos a lo mínimo y necesario en los 2 años del parol yo me devuelvo aquí a nicaragua mínimo con 60-70K dólares, pues solo gastaría en darle a mi mamá para la renta y comida, no tengo a quien mandarle ríales ni nada y tampoco vicios, lo único que tal vez es que el pegue va a ser pesado, 12-11 horas diario 6 días a la semana y yo la verdad solo voy a peguear para comprarme una 4runner y poner un restaurante de hamburguesas caseras y comida rápida estilo grill, el dinero que ahorré desde que consiga 10K lo voy a meter al S&P 500 y a deuda gubernamental de los estados que da buen rendimiento de forma escalonada
lo que quería saber es que, que han visto ustedes de gente que se fue, si han hecho buen billete o no? y que recomendaciones me dan

Escritores Uruguayos

En el barrio solo había dos niños: Tairon y Tobias. Podíase verlos jugar juntos en todo momento, ya fuese en la escuela, junto al río, recorriendo los interminables callejones del barrio o, muy de vez en cuando, en la casa de Tobias. No compartían sangre ni siquiera se parecían el uno al otro, mas eran hermanos. Fue por ello que Tairon pudo hacerse un lugar en la familia de Tobias. Tairon creció sin padres, y miraba con altanería a cualquier tipo de autoridad, salvo a Tiffany. Admiraba profundamente a esa mujer y a menudo soñaba que le adoptaba, permitiéndole al fin ser ese hermano que Tobias nunca tuvo. Muy temprano, cuando el sol apenas hacía intentos de salir, salieron a buscar leña, esperando sorprender a la familia de Tobias, el menor de los dos, dejando el fogón encendido a primera hora, pronto para calentar el famoso chocolate caliente de la señora Tiffany. Salieron en silencio, pues no podían decir a nadie o arruinarían la sorpresa, lo cual aterraba a Tobias, temeroso de ocultar cosas a su familia. Tairon no le dio importancia. En lo único que podía pensar era en ese preciado chocolate caliente, cuyo aroma aún se colaba en sus sueños, evocando el impecable y dulce sabor de inviernos pasados. Bajaron el empinado camino de piedra que cruzaba junto al enrejado patio del convento, desviándose por una arbolada que llevaba hasta la orilla del río. No hacía mucho, esta orilla había sido podada para que los caballos pudiesen beber, así que solo tenían que recolectar las ramas secas. Aun así, Tairon llevaba su facón bien ceñido a la cintura. Esto se debía a que Tairon, el mayor de los dos, había encontrado en la parte alta del cerro, cerca de la zona más alejada detrás del viejo recinto de mujeres, un árbol de coronilla. Llevaba meses guardando este secreto para un día frío como aquél y lo ocultó a Tobias por miedo a que robara su idea o divulgara la información. Alguien podría robarle su árbol, y no podía tomar ese riesgo, pensó. Aún estaba muy oscuro para ver bien el camino. Tairon tomó la mano de Tobias y lo guió como quien ayuda a un niño a cruzar la calle. Tobias no ofreció resistencia alguna, pues Tairon solía hacer cosas como esta todo el tiempo, y se dejó llevar casi por reflejo. Siguieron un viejo sendero entre árboles espinosos, hasta llegar al borde de la pendiente. Muy arriba, parcialmente cubierto por los árboles, se veía el campanario. Ambos subieron con dificultades, quebrando algunas ramas. La empinada superficie del cerro, a espaldas de la gran posada, estaba tan forrada y resbalosa que incluso estando descalzo resultaba difícil treparla. Para suerte de Tairon, él casi siempre andaba descalzo, a diferencia de Tobias, quien subía con dificultades. La vivienda ahora parecía ser mil veces más grande, y su inmensidad crecía con cada paso. Casi en la cima, era tan inclinado que debían agarrarse de las ramas para no caer de espaldas. Pasaron los minutos y al fin se toparon con un gran muro de piedra que parecía infranqueable sin importar en qué dirección se mirase. Más que un convento, parecía un fuerte colonial, lo cual no era desconcertante, ya que había sido construido durante una época de conflicto como la del lejano 1812. —Ya no quiero estar aquí —dijo Tobias, con la voz temblorosa, ya fuese por el frío o por el miedo a contradecir a Tairon. —Debe estar cerca, recuerdo perfectamente dónde lo vi —dijo Tairon con un tono nervioso e inseguro. Caminaban apoyados en el muro trasero del lugar, agarrándose de las pequeñas imperfecciones en las piedras que conformaban la estructura. Cualquier desliz o ruptura de la deteriorada piedra significaría una cruel caída hasta los pies del cerro. Ambos sabían que morirían antes de dejar de rodar, mas esto no asustaba a Tairon, quien veía cada vez más cerca su premio. Los pequeños brazos de Tobias ya estaban cansados. El sol empezaba a salir y poco a poco el plan comenzaba a tambalearse, al igual que sus cansadas piernas. —Ya es tarde. Mis padres ya deben haberse levantado y, aunque no lo hubieran hecho, seguramente lo harán en el tiempo que nos toma encontrar, cortar y llevar ese maldito árbol. ¡Bajemos a buscar algunas ramas! —dijo Tobias con un tono furioso y ya mucho menos titubeante. —¿Acaso no te das cuenta? Ahora, con la luz del sol, será mucho más fácil encontrarlo. Cuando lleguemos, nos darán una recompensa enorme. ¿Acaso no es ese el punto? ¿Por qué rendirse ahora y dejar que todo esto haya sido una pérdida de tiempo? Quizás hasta verían mi verdadero valor y me adoptarían, como siempre debió ser. ¿No te gustaría que fuésemos hermanos de verdad? —respondió Tairon con un tono calmado y taxativo. —No hace falta que esperemos, esto ya es una pérdida de tiempo. Si bajamos a recolectar las ramas, podríamos recuperar algo del tiempo perdido. Las vi cuando entramos aquí. ¿Acaso no te das cuenta de que la recompensa sería la misma? Somos solo niños. Nos recompensarían aunque fuésemos con las manos vacías. Además, mi intención es hacer feliz a mi familia. No me importa ningún premio. No lo entenderías. Nunca te han amado de verdad. Alguien que solo piensa en recompensas por sus acciones nunca sería adoptado por mi madre. Aun así, no podemos darnos el lujo de alimentar otra boca, estás soñando despierto. Los he escuchado hablar. Ni siquiera quieren que esté contigo. Siempre me dicen... —Tobias no dejaba de refunfuñar y parlotear cada vez más fuerte. Empezaba a confesar todo lo que hasta el momento había ocultado por miedo, ya que el nuevo e inminente terror a morir rodando era mucho mayor que el miedo hacia Tairon, permitiéndole expresar con total fluidez todos sus pensamientos. Su voz resonaba en los oídos de Tairon como un molesto zumbido. De inmediato pensó en empujarlo, tomarlo por las manos y lanzarlo al vacío como un costal de huesos. Sería muy sencillo para él realizarlo, simplemente debía decir que tropezó por sí mismo o, mejor aún, fingir que nunca lo vio. Nunca encontrarían el cuerpo y no habría forma de vincularlo al asesinato. Rodaría, quebrándose los brazos, clavándose las ramas y espinas en el cuerpo hasta romperse la columna y terminar moribundo en el suelo. Por supuesto, fingiría buscarlo en esa zona y diría que allí no estaba. Podría hasta llorar su pérdida. Al final, tomaría el lugar de Tobias. No sería una boca más que alimentar, solo sería un intercambio, una forma de consolar la terrible pérdida de la familia. El resultado más lógico para todos. Sí, la idea se hacía cada vez más real en su mente. Cada pequeño detalle se tallaba entre los rincones más nauseabundos de su conciencia. De inmediato pudo verlo con claridad frente a él. Al fin todo había terminado. Podían poner fin a esto. Tairon giró su cuerpo para estar frente a Tobias. Tenía los ojos abiertos como dos grandes platos y una sonrisa horripilante de oreja a oreja. Su moreno rostro lleno de cicatrices era suficiente para asustar a Tobias, mas esa aterradora sonrisa le dejaba la piel de gallina. —¡Te lo dije, Tobias! Te dije que lo encontraría. Eres muy impaciente. Siempre haces lo mismo. ¿Debes sentirte como un idiota, no? No entiendo por qué siempre te empeñas en contradecirme. Te lo dije, todo lo que hace falta es un poco de luz —Tairon estaba casi gritando, sin poder evitar hacer siniestras muecas con la boca. Por su cara corrían largas gotas de sudor y casi se podía escuchar cómo su acelerado corazón latía. El corazón de Tobias latía aún más rápido, hasta que pudo entenderlo; todo había terminado al fin. Sintió un ligero alivio y se arrepentía en su interior por todo lo que había dicho. Al fin pudo verlo. Frente a sus ojos estaba el dichoso lugar. En el muro había un inmenso agujero, seguramente destrozado por pesada artillería durante la guerra. Al entrar, ambos lo vieron. El inmenso árbol era apenas un poco más alto que los ya inalcanzables muros de piedra. Su robusto tronco era tan grande que fácilmente una familia podía vivir en él. Sus alargadas ramas se entrelazaban en el aire y llegaban hasta los claustros, donde se enrollaban produciendo una sombra perfecta en el gigantesco patio del recinto. Metido dentro del inmenso árbol crecía un enorme árbol de coronilla. Mucho más modesto, por supuesto, pero sus ramas eran lo suficientemente gruesas como para alimentar bien el fuego. —Estás loco, Tairon. Ese árbol está en el patio del convento. ¿Cómo piensas cortarlo sin ser escuchado por las monjas? Es más, ni siquiera deberíamos meternos en este lugar. Solo haces que me meta en problemas. Si nos preguntaran de dónde sacamos la leña, estaríamos muertos —dijo Tobias, vociferando gritos de furia nunca antes suscitados por él. —Cállate, harás que nos descubran —dijo Tairon apresurado. —¿Qué creen que están haciendo? Este no es lugar para niños, váyanse de aquí antes de que llame a sus padres. ¿Acaso eres tú, Tobias? —clamó una ronca y muy silenciosa voz desde los claustros superiores. Tairon apenas pudo escuchar bien las palabras. En cambio, Tobias ni siquiera lo pensó. Intentó escapar sin entender del todo desde dónde lo veían o qué habían dicho exactamente. Solo había distinguido su propio nombre. Al decirlo, fue como si la mujer hubiese activado una parte de su cerebro que siempre estaba apagada. Una indescriptible energía surgió en su cuerpo, y la adrenalina corrió por sus venas como si hubiera sido directamente inyectada en su corazón. Corrió a través del muro, y fue ahí cuando recordó la increíble altura en la que se encontraba. Cerró los ojos y extendió sus manos, sabiendo que ya no había nada que hacer. Su última vista fueron unas piedras en forma de pico y un frondoso árbol de espinas. Tairon no movió ni un músculo. Escuchó el desgarrador grito de Tobias. Mientras sus manos temblaban y su piel se erizaba, podía escuchar claramente cómo crujían los huesos de su amigo, cómo la piel se desgarraba, cómo las articulaciones se torcían en posiciones inhumanas, mientras sus músculos se estiraban hasta desgarrarse y producir largos gemidos por toda su piel. En el mejor de los casos, pensó Tairon, esos solo serían los sonidos de ramas quebrándose y atravesando la delgada piel de su amigo como si fuera desgastada tela. El alarido y el llanto se hacían cada vez más tenues hasta que no hubo más que silencio. Tairon se sintió, por un segundo, aliviado al ya no escuchar esos horribles gritos de ayuda. Un segundo pasó, tal vez dos, antes de que sus aturdidos tímpanos estallasen al escuchar un nuevo grito, más fuerte que los anteriores, más desgarrador y que, de alguna forma, erizaba aún más su piel hasta hacer que su boca evocará una muca, pero no era más que una máscara de profundo terror y desconcierto. —¡Tairon! ¿Cómo has podido? ¡Alguien que me ayude! Tairon acaba de lanzar a Tobias por el agujero. Lo he visto con mis propios ojos. ¡Ayuda, alguien que lo atrape! —la voz de la anciana ahora parecía fortificada. No podía permitir que la culparan por lo sucedido. Nadie cuestionaría su mentira. Seguía gritando y corriendo por los pasillos, mientras las pisadas de las monjas podían oírse cada vez más cerca. —¡Niño! ¿Qué has hecho? ¿Cómo has podido hacer algo así y aún estar sonriendo? Eres un demonio—dijo un fraile que rápidamente llegó al lugar. Tairon lloró por primera vez en su vida. Acababa de perderlo todo: a su amigo, su única familia, su recompensa que ya casi no le importaba, su frágil cordura y casi con seguridad también su libertad. 

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En el barrio solo había dos niños: Tairon y Tobias. Podíase verlos jugar juntos en todo momento, ya fuese en la escuela, junto al río, recorriendo los interminables callejones del barrio o, muy de vez en cuando, en la casa de Tobias. No compartían sangre ni siquiera se parecían el uno al otro, mas eran hermanos. Fue por ello que Tairon pudo hacerse un lugar en la familia de Tobias. Tairon creció sin padres, y miraba con altanería a cualquier tipo de autoridad, salvo a Tiffany. Admiraba profundamente a esa mujer y a menudo soñaba que le adoptaba, permitiéndole al fin ser ese hermano que Tobias nunca tuvo. Muy temprano, cuando el sol apenas hacía intentos de salir, salieron a buscar leña, esperando sorprender a la familia de Tobias, el menor de los dos, dejando el fogón encendido a primera hora, pronto para calentar el famoso chocolate caliente de la señora Tiffany. Salieron en silencio, pues no podían decir a nadie o arruinarían la sorpresa, lo cual aterraba a Tobias, temeroso de ocultar cosas a su familia. Tairon no le dio importancia. En lo único que podía pensar era en ese preciado chocolate caliente, cuyo aroma aún se colaba en sus sueños, evocando el impecable y dulce sabor de inviernos pasados. Bajaron el empinado camino de piedra que cruzaba junto al enrejado patio del convento, desviándose por una arbolada que llevaba hasta la orilla del río. No hacía mucho, esta orilla había sido podada para que los caballos pudiesen beber, así que solo tenían que recolectar las ramas secas. Aun así, Tairon llevaba su facón bien ceñido a la cintura. Esto se debía a que Tairon, el mayor de los dos, había encontrado en la parte alta del cerro, cerca de la zona más alejada detrás del viejo recinto de mujeres, un árbol de coronilla. Llevaba meses guardando este secreto para un día frío como aquél y lo ocultó a Tobias por miedo a que robara su idea o divulgara la información. Alguien podría robarle su árbol, y no podía tomar ese riesgo, pensó. Aún estaba muy oscuro para ver bien el camino. Tairon tomó la mano de Tobias y lo guió como quien ayuda a un niño a cruzar la calle. Tobias no ofreció resistencia alguna, pues Tairon solía hacer cosas como esta todo el tiempo, y se dejó llevar casi por reflejo. Siguieron un viejo sendero entre árboles espinosos, hasta llegar al borde de la pendiente. Muy arriba, parcialmente cubierto por los árboles, se veía el campanario. Ambos subieron con dificultades, quebrando algunas ramas. La empinada superficie del cerro, a espaldas de la gran posada, estaba tan forrada y resbalosa que incluso estando descalzo resultaba difícil treparla. Para suerte de Tairon, él casi siempre andaba descalzo, a diferencia de Tobias, quien subía con dificultades. La vivienda ahora parecía ser mil veces más grande, y su inmensidad crecía con cada paso. Casi en la cima, era tan inclinado que debían agarrarse de las ramas para no caer de espaldas. Pasaron los minutos y al fin se toparon con un gran muro de piedra que parecía infranqueable sin importar en qué dirección se mirase. Más que un convento, parecía un fuerte colonial, lo cual no era desconcertante, ya que había sido construido durante una época de conflicto como la del lejano 1812. —Ya no quiero estar aquí —dijo Tobias, con la voz temblorosa, ya fuese por el frío o por el miedo a contradecir a Tairon. —Debe estar cerca, recuerdo perfectamente dónde lo vi —dijo Tairon con un tono nervioso e inseguro. Caminaban apoyados en el muro trasero del lugar, agarrándose de las pequeñas imperfecciones en las piedras que conformaban la estructura. Cualquier desliz o ruptura de la deteriorada piedra significaría una cruel caída hasta los pies del cerro. Ambos sabían que morirían antes de dejar de rodar, mas esto no asustaba a Tairon, quien veía cada vez más cerca su premio. Los pequeños brazos de Tobias ya estaban cansados. El sol empezaba a salir y poco a poco el plan comenzaba a tambalearse, al igual que sus cansadas piernas. —Ya es tarde. Mis padres ya deben haberse levantado y, aunque no lo hubieran hecho, seguramente lo harán en el tiempo que nos toma encontrar, cortar y llevar ese maldito árbol. ¡Bajemos a buscar algunas ramas! —dijo Tobias con un tono furioso y ya mucho menos titubeante. —¿Acaso no te das cuenta? Ahora, con la luz del sol, será mucho más fácil encontrarlo. Cuando lleguemos, nos darán una recompensa enorme. ¿Acaso no es ese el punto? ¿Por qué rendirse ahora y dejar que todo esto haya sido una pérdida de tiempo? Quizás hasta verían mi verdadero valor y me adoptarían, como siempre debió ser. ¿No te gustaría que fuésemos hermanos de verdad? —respondió Tairon con un tono calmado y taxativo. —No hace falta que esperemos, esto ya es una pérdida de tiempo. Si bajamos a recolectar las ramas, podríamos recuperar algo del tiempo perdido. Las vi cuando entramos aquí. ¿Acaso no te das cuenta de que la recompensa sería la misma? Somos solo niños. Nos recompensarían aunque fuésemos con las manos vacías. Además, mi intención es hacer feliz a mi familia. No me importa ningún premio. No lo entenderías. Nunca te han amado de verdad. Alguien que solo piensa en recompensas por sus acciones nunca sería adoptado por mi madre. Aun así, no podemos darnos el lujo de alimentar otra boca, estás soñando despierto. Los he escuchado hablar. Ni siquiera quieren que esté contigo. Siempre me dicen... —Tobias no dejaba de refunfuñar y parlotear cada vez más fuerte. Empezaba a confesar todo lo que hasta el momento había ocultado por miedo, ya que el nuevo e inminente terror a morir rodando era mucho mayor que el miedo hacia Tairon, permitiéndole expresar con total fluidez todos sus pensamientos. Su voz resonaba en los oídos de Tairon como un molesto zumbido. De inmediato pensó en empujarlo, tomarlo por las manos y lanzarlo al vacío como un costal de huesos. Sería muy sencillo para él realizarlo, simplemente debía decir que tropezó por sí mismo o, mejor aún, fingir que nunca lo vio. Nunca encontrarían el cuerpo y no habría forma de vincularlo al asesinato. Rodaría, quebrándose los brazos, clavándose las ramas y espinas en el cuerpo hasta romperse la columna y terminar moribundo en el suelo. Por supuesto, fingiría buscarlo en esa zona y diría que allí no estaba. Podría hasta llorar su pérdida. Al final, tomaría el lugar de Tobias. No sería una boca más que alimentar, solo sería un intercambio, una forma de consolar la terrible pérdida de la familia. El resultado más lógico para todos. Sí, la idea se hacía cada vez más real en su mente. Cada pequeño detalle se tallaba entre los rincones más nauseabundos de su conciencia. De inmediato pudo verlo con claridad frente a él. Al fin todo había terminado. Podían poner fin a esto. Tairon giró su cuerpo para estar frente a Tobias. Tenía los ojos abiertos como dos grandes platos y una sonrisa horripilante de oreja a oreja. Su moreno rostro lleno de cicatrices era suficiente para asustar a Tobias, mas esa aterradora sonrisa le dejaba la piel de gallina. —¡Te lo dije, Tobias! Te dije que lo encontraría. Eres muy impaciente. Siempre haces lo mismo. ¿Debes sentirte como un idiota, no? No entiendo por qué siempre te empeñas en contradecirme. Te lo dije, todo lo que hace falta es un poco de luz —Tairon estaba casi gritando, sin poder evitar hacer siniestras muecas con la boca. Por su cara corrían largas gotas de sudor y casi se podía escuchar cómo su acelerado corazón latía. El corazón de Tobias latía aún más rápido, hasta que pudo entenderlo; todo había terminado al fin. Sintió un ligero alivio y se arrepentía en su interior por todo lo que había dicho. Al fin pudo verlo. Frente a sus ojos estaba el dichoso lugar. En el muro había un inmenso agujero, seguramente destrozado por pesada artillería durante la guerra. Al entrar, ambos lo vieron. El inmenso árbol era apenas un poco más alto que los ya inalcanzables muros de piedra. Su robusto tronco era tan grande que fácilmente una familia podía vivir en él. Sus alargadas ramas se entrelazaban en el aire y llegaban hasta los claustros, donde se enrollaban produciendo una sombra perfecta en el gigantesco patio del recinto. Metido dentro del inmenso árbol crecía un enorme árbol de coronilla. Mucho más modesto, por supuesto, pero sus ramas eran lo suficientemente gruesas como para alimentar bien el fuego. —Estás loco, Tairon. Ese árbol está en el patio del convento. ¿Cómo piensas cortarlo sin ser escuchado por las monjas? Es más, ni siquiera deberíamos meternos en este lugar. Solo haces que me meta en problemas. Si nos preguntaran de dónde sacamos la leña, estaríamos muertos —dijo Tobias, vociferando gritos de furia nunca antes suscitados por él. —Cállate, harás que nos descubran —dijo Tairon apresurado. —¿Qué creen que están haciendo? Este no es lugar para niños, váyanse de aquí antes de que llame a sus padres. ¿Acaso eres tú, Tobias? —clamó una ronca y muy silenciosa voz desde los claustros superiores. Tairon apenas pudo escuchar bien las palabras. En cambio, Tobias ni siquiera lo pensó. Intentó escapar sin entender del todo desde dónde lo veían o qué habían dicho exactamente. Solo había distinguido su propio nombre. Al decirlo, fue como si la mujer hubiese activado una parte de su cerebro que siempre estaba apagada. Una indescriptible energía surgió en su cuerpo, y la adrenalina corrió por sus venas como si hubiera sido directamente inyectada en su corazón. Corrió a través del muro, y fue ahí cuando recordó la increíble altura en la que se encontraba. Cerró los ojos y extendió sus manos, sabiendo que ya no había nada que hacer. Su última vista fueron unas piedras en forma de pico y un frondoso árbol de espinas. Tairon no movió ni un músculo. Escuchó el desgarrador grito de Tobias. Mientras sus manos temblaban y su piel se erizaba, podía escuchar claramente cómo crujían los huesos de su amigo, cómo la piel se desgarraba, cómo las articulaciones se torcían en posiciones inhumanas, mientras sus músculos se estiraban hasta desgarrarse y producir largos gemidos por toda su piel. En el mejor de los casos, pensó Tairon, esos solo serían los sonidos de ramas quebrándose y atravesando la delgada piel de su amigo como si fuera desgastada tela. El alarido y el llanto se hacían cada vez más tenues hasta que no hubo más que silencio. Tairon se sintió, por un segundo, aliviado al ya no escuchar esos horribles gritos de ayuda. Un segundo pasó, tal vez dos, antes de que sus aturdidos tímpanos estallasen al escuchar un nuevo grito, más fuerte que los anteriores, más desgarrador y que, de alguna forma, erizaba aún más su piel hasta hacer que su boca evocará una muca, pero no era más que una máscara de profundo terror y desconcierto. —¡Tairon! ¿Cómo has podido? ¡Alguien que me ayude! Tairon acaba de lanzar a Tobias por el agujero. Lo he visto con mis propios ojos. ¡Ayuda, alguien que lo atrape! —la voz de la anciana ahora parecía fortificada. No podía permitir que la culparan por lo sucedido. Nadie cuestionaría su mentira. Seguía gritando y corriendo por los pasillos, mientras las pisadas de las monjas podían oírse cada vez más cerca. —¡Niño! ¿Qué has hecho? ¿Cómo has podido hacer algo así y aún estar sonriendo? Eres un demonio—dijo un fraile que rápidamente llegó al lugar. Tairon lloró por primera vez en su vida. Acababa de perderlo todo: a su amigo, su única familia, su recompensa que ya casi no le importaba, su frágil cordura y casi con seguridad también su libertad. 

La historia se llama "El último atraco". Es sobre Arthur Morgan y su banda, que planean robar un tren lleno de oro y joyas, pero se encuentran con una sorpresa inesperada. Esta es la historia:
Arthur Morgan se ajustó el sombrero y miró a su alrededor. Estaba en lo alto de una colina, junto a sus compañeros de la banda de Van der Linde: Dutch, Hosea, Micah, Lenny, Charles, Javier, Bill y Karen. Todos estaban armados y listos para el gran golpe. El plan era simple: esperar a que el tren pasara por el puente, hacerlo descarrilar con dinamita, y saquear todo lo que pudieran. Según Hosea, el tren llevaba una fortuna en oro y joyas, pertenecientes a un rico magnate de San Francisco. Era la oportunidad perfecta para llenarse los bolsillos y escapar de la ley.

• ¿Estás listo, Arthur? - le preguntó Dutch, el líder de la banda.
• Listo, jefe - respondió Arthur, con una sonrisa confiada.
• Bien, recuerda: nada de disparos hasta que yo lo diga. Queremos hacer esto rápido y limpio. Y sobre todo, no dejes que nadie se escape. No podemos permitirnos testigos.
• Entendido, jefe - asintió Arthur.
• Muy bien, chicos. Es hora de hacer historia. Vamos a por ese tren - dijo Dutch, levantando el brazo.

La banda se puso en marcha, montando sus caballos hacia el puente. Arthur se colocó al frente, junto a Dutch y Hosea. Llevaba una escopeta recortada y un revólver en sus manos, y una bolsa de dinamita en su cinturón. Estaba nervioso, pero también emocionado. Era el mayor atraco de su vida, y no iba a dejar que nada lo arruinara.
Llegaron al puente, y se escondieron detrás de unos arbustos. Desde allí, podían ver el camino del tren, que se acercaba por el horizonte. Arthur sacó su reloj de bolsillo, y lo abrió. Eran las doce y media. El tren debía llegar en cualquier momento.

• ¿Lo ves? - le susurró Hosea, que tenía unos prismáticos.
• No, todavía no - respondió Arthur, impaciente.
• Tranquilo, Arthur. El tren no va a escaparse - le dijo Dutch, con calma.
• Lo sé, lo sé. Pero no me gusta esperar - se quejó Arthur.
• Pues tendrás que acostumbrarte. La paciencia es una virtud, amigo mío - le aconsejó Hosea.
• Sí, sí, lo que tú digas - resopló Arthur.

De repente, oyeron un silbido. Era el tren, que se acercaba a toda velocidad. Arthur se puso tenso, y agarró su escopeta. Vio cómo el tren entraba en el puente, y se preparó para actuar.

• Ahora, Arthur. Ahora - le ordenó Dutch.

Arthur asintió, y salió de su escondite. Corrió hacia el puente, y lanzó una barra de dinamita al tren. La explosión fue ensordecedora. El tren se sacudió, y se salió de las vías. Los vagones se desprendieron, y cayeron al vacío. Arthur sonrió, satisfecho. Lo habían logrado.

• ¡Bien hecho, Arthur! ¡Bien hecho! - le felicitó Dutch, que también salió de su escondite, seguido por el resto de la banda.
• Gracias, jefe. Fue fácil - dijo Arthur, con orgullo.
• Vamos, vamos. No perdamos tiempo. Hay que aprovechar el caos - dijo Dutch, dirigiéndose al tren.

La banda se acercó al tren, y empezó a saquear los vagones. Arthur entró en el primero, y se encontró con un montón de pasajeros asustados y heridos. Algunos gritaban, otros lloraban, y otros se quedaron en silencio. Arthur no les prestó atención. Solo buscaba el oro y las joyas. Registró los asientos, los baúles, y las maletas, pero no encontró nada. Solo ropa, libros, y objetos personales. Arthur frunció el ceño, decepcionado.

• ¿Qué pasa, Arthur? ¿No hay nada? - le preguntó Micah, que entró detrás de él.
• No, nada. Solo basura - respondió Arthur, molesto.
• Qué raro. Hosea dijo que este era el vagón del oro y las joyas - dijo Micah, confundido.
• Pues se equivocó. No hay nada de valor aquí - dijo Arthur, saliendo del vagón.
• Vamos al siguiente, entonces - dijo Micah, siguiéndolo.

Arthur y Micah entraron en el segundo vagón, y se encontraron con la misma escena. Pasajeros asustados y heridos, y nada de oro ni joyas. Arthur empezó a sospechar que algo iba mal.

• Esto no tiene sentido. ¿Dónde está el botín? - se preguntó Arthur, frustrado.
• No lo sé, Arthur. Tal vez lo hayan escondido en otro sitio - sugirió Micah, esperanzado.
• O tal vez nos hayan engañado - dijo Arthur, con recelo.
• ¿Engañado? ¿Quién nos habría engañado? - preguntó Micah, sorprendido.
• No lo sé, Micah. Pero algo huele mal aquí - dijo Arthur, saliendo del vagón.

Arthur y Micah entraron en el tercer vagón, y se encontraron con una sorpresa. No había pasajeros, sino soldados. Soldados armados hasta los dientes, que les apuntaron con sus rifles. Arthur y Micah se quedaron paralizados, sin saber qué hacer.

• ¡Alto! ¡Manos arriba! - les gritó un soldado, que parecía ser el líder.
• ¡Mierda! ¡Es una trampa! - exclamó Arthur, dándose cuenta de la verdad.
• ¡Nos han tendido una emboscada! - dijo Micah, asustado.
• ¡No se muevan! ¡Están rodeados! - les dijo el soldado, con una sonrisa maliciosa.
• ¿Quién eres? ¿Qué quieres? - le preguntó Arthur, furioso.
• Me llamo Coronel Henry Favours, y soy el comandante de la Séptima Caballería. Y lo que quiero es verlos colgar por sus crímenes - respondió el soldado, con desprecio.
• ¿Qué? ¿Cómo sabes quiénes somos? - le preguntó Arthur, confundido.
• Lo sé todo sobre ustedes, Arthur Morgan. Y sobre su banda de forajidos. Los he estado siguiendo desde hace tiempo, y he preparado esta trampa para atraparlos. Este tren no llevaba oro ni joyas, sino soldados. Soldados dispuestos a acabar con ustedes. Y lo han conseguido. Han caído en mi red, como moscas - explicó el soldado, con satisfacción.
• ¡Maldito bastardo! ¡Nos has engañado! - le acusó Arthur, indignado.
• No, no les he engañado. Les he dado lo que querían. Un tren lleno de oro y joyas. Solo que el oro y las joyas eran balas. Balas que les van a perforar el corazón - dijo el soldado, con crueldad.
• ¡No te saldrás con la tuya! ¡Te mataremos a ti y a tus hombres! - amenazó Arthur, sacando su revólver.
• ¡No seas estúpido, Arthur! ¡No tienes ninguna posibilidad! ¡Somos más, y estamos mejor armados! ¡Ríndete, y quizás te ahorremos el sufrimiento! - le ofreció el soldado, con burla.
• ¡Nunca me rendiré! ¡Prefiero morir luchando! - dijo Arthur, disparando al soldado.

El soldado esquivó el disparo, y devolvió el fuego. Se desató un tiroteo entre Arthur, Micah y los soldados. Los disparos resonaron por todo el tren, alertando al resto de la banda.

• ¡Arthur! ¡Micah! ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? - preguntó Dutch, que entró en el vagón, junto a los demás.
• ¡Dutch! ¡Es una trampa! ¡El tren está lleno de soldados! ¡Nos han tendido una emboscada! - gritó Arthur, mientras disparaba a los soldados.
• ¡Qué! ¡Cómo! ¡Por qué! - exclamó Dutch, incrédulo.
• ¡No hay tiempo para explicaciones, Dutch! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Estamos rodeados! - le dijo Arthur, desesperado.
• ¡Maldición! ¡Esto es una pesadilla! ¡Vamos, chicos! ¡A luchar! ¡A luchar por nuestras vidas! - arengó Dutch, sacando su pistola.

La banda se unió a Arthur y Micah, y se enfrentó a los soldados. Se produjo un intenso intercambio de disparos, que llenó el aire de humo y sangre. Los soldados tenían ventaja numérica y de posición, pero la banda tenía más experiencia y más coraje. La batalla fue feroz y brutal, y nadie se dio por vencido.
Arthur disparó a un soldado que se asomó por una ventana, y lo vio caer al suelo. Luego, se giró y vio a otro soldado que apuntaba a Lenny, que estaba distraído. Arthur no lo pensó dos veces, y se lanzó sobre Lenny, empujándolo al suelo. El disparo pasó rozando la cabeza de Arthur, y se incrustó en la pared.

• ¡Arthur! ¡Gracias! ¡Me has salvado la vida! - le agradeció Lenny, abrazándolo.
• De nada, amigo. Eso es lo que hacen los amigos - le respondió Arthur, devolviéndole el abrazo.
• Te debo una, Arthur. Te debo una grande - le dijo Lenny, con sinceridad.
• No me debes nada, Lenny. Solo me debes tu amistad - le dijo Arthur, con cariño.

Arthur y Lenny se levantaron, y siguieron disparando a los soldados. Arthur sintió un gran afecto por Lenny, y se alegró de haberlo salvado. Lenny era uno de sus mejores amigos, y no quería perderlo.
Mientras tanto, Dutch se enfrentaba al coronel Favours, que se había refugiado detrás de una mesa. Dutch le disparó varias veces, pero no logró acertarle. El coronel Favours le devolvió el fuego, y le rozó el brazo. Dutch sintió un dolor agudo, y se cubrió la herida con la mano.

• ¡Maldito seas, Favours! ¡Te voy a matar! ¡Te voy a hacer pagar por esto! - le gritó Dutch, furioso.
• ¡No me hagas reír, Dutch! ¡Tú eres el que va a pagar! ¡Tú y toda tu banda de criminales! ¡Os voy a colgar a todos! ¡Os voy a hacer justicia! - le respondió el coronel Favours, con odio.
• ¡Justicia! ¡Qué sabrás tú de justicia, Favours! ¡Tú eres el verdadero criminal! ¡Tú eres el que mata a los indios, a los negros, a los pobres! ¡Tú eres el que sirve a un sistema corrupto y podrido! ¡Tú eres el que traiciona a tu país y a tu gente! - le acusó Dutch, con desprecio.
• ¡Cállate, Dutch! ¡Cállate, o te haré callar yo! ¡Tú no eres nadie para juzgarme, Dutch! ¡Tú eres un forajido, un ladrón, un asesino! ¡Tú eres el que vive al margen de la ley, de la sociedad, de la civilización! ¡Tú eres el que se opone al progreso, a la modernidad, a la libertad! - le dijo el coronel Favours, con arrogancia.
• ¡Libertad! ¡Qué sabrás tú de libertad, Favours! ¡Tú eres el que la pisotea, la viola, la destruye! ¡Tú eres el que impone tu voluntad, tu poder, tu violencia! ¡Tú eres el que somete, oprime, explota! ¡Tú eres el que no respeta la vida, la naturaleza, el espíritu! - le dijo Dutch, con pasión.
• ¡Basta, Dutch! ¡Basta de palabras! ¡Las palabras no sirven de nada! ¡Lo único que sirve es la acción! ¡La acción de mi pistola! ¡La acción de mi bala! ¡La acción de mi dedo! - le dijo el coronel Favours, apuntando a Dutch con su pistola.
• ¡Adelante, Favours! ¡Adelante! ¡Dispara! ¡Dispara, si te atreves! ¡Pero no creas que me vas a asustar! ¡No creas que me vas a detener! ¡No creas que me vas a vencer! ¡Yo soy Dutch van der Linde, y yo nunca me rindo! ¡Yo lucho por lo que creo, por lo que quiero, por lo que soy! ¡Yo lucho por mi banda, por mi familia, por mi libertad! ¡Yo lucho hasta el final, hasta el último aliento, hasta la última gota de sangre! ¡Yo lucho, y tú mueres! - le dijo Dutch, desafiando a Favours con su mirada.

Los dos hombres se quedaron mirando fijamente, con sus pistolas en alto, listos para disparar. Era el momento de la verdad, el momento del duelo, el momento de la vida o la muerte. Solo uno de ellos saldría vivo de allí. Solo uno de ellos ganaría la batalla. Solo uno de ellos haría historia...

• Dutch ganó el duelo disparando al corazón de Favours, después se escapa del tren con su banda, y deja de ser un forajido retirándose, y quedando en la historia del viejo oeste.

Mi nombre es Sebastian Jaimez.

Maes la vara es que escribo esto más que todo para desahogarme porque en serio es mucha la cólera.
La vara es que entre ayer y hoy manejando me encontré con 4 caballos que casi me dejan sin carro (estoy estrenando) maes ayer hago una rotonda ingreso por el carril de adentro y salgo en la segunda salida y cuando voy saliendo un mae en el carril de afuera sigue y casi le pego porque me aceleró envés de hacer el ceda como es, total que frené le pité y el mae se me cagó y yo: Dios mío pero no está viendo que yo vengo por dentro y es él el que me tiene que dar el ceda. A los 10 minutos igual en una rotonda ya yo estaba dentro casi saliendo y dos hijueputas me hicieron pegarme al freno porque se metieron los dos de una sola cuando ya yo iba a salir o sea nada les costaba esperarme.
Hoy un mae que a por cómo habló era extranjero 🇳🇮 lo topo por primera vez en una intersección donde yo tengo la vía él el alto, yo iba a la izquierda y él directo, la cosa es que él me ve e igual se metió pero yo ya iba más adelante y bajo por donde me toca, por el puente Los Sitios en Moravia, giro a la derecha en la esquina después del puente y el mae sigue directo, me lo topo luego en la intersección bajando para ir a Los Sitios, esta vez de frente donde el mae tiene un alto e iba a girar a la izquierda y yo seguía directo.
Sigo yo como a 40, velocidad normal para la zona y el mae a última hora se tira, por poco lo pego y ahí sí me guindé al pito como decimos porque mae o sea no direccional tenía. Y el mae se bajó a reclamar que porqué le pito, o sea tiene el descaro de bajarse por eso. Yo me quedé en el carro porque yo no soy de pelear además mi miedo era que le hiciera algo al carro, ni siquiera a mí y no, el carro no es nuevo para que no crean que es que ando jugando de pichota pero sí me costó mucho como para que un simio me lo pegue o le haga no sé.
Maes la vara es que anden al chile con mucho cuidado porque en serio maes hay demasiado caballo, no es nada nuevo pero maes 4 hijueputas en menos de dos días no sé si estaré miado o qué jajaja.

Hola!
La vara es que soy un caballo. Yo soy trabajador independiente, por cuestiones de la vida me voy a dar unas vacaciones de 6 meses por un dinero que tenía ahorrado y NO voy a reportar ingresos evidentemente. Vamos para Junio y me voy acordando que viene el primer adelanto de renta, no pedí ni disminución ni anulación asi que como dice la juventud, estoy lactando.
Haciendo numeros mi renta este año será menor que el año pasado y sólo con los adelantos de renta ya quedaría cubierta mi renta del año y un vueltillo (estimó como 400 mil). Mi pregunta es...esta plata me la devuelven? cómo la pido devuelta en su momento?

Hola,soy nuevo en reddit,cree esta cuenta para desahogarme ya que no puedo hacerlo con mis familiares no quiero preocuparlos,no se muy bien como empezar así que disculpen la mala redacción. Empezare contando un poco sobre mí, tengo 24 años, vengo de una familia de clase baja vivo en una zona rural de cierto pais centroamericano y desde hace unos 2 años mi vida va cada vez más en declive. Todo comenzó en pandemia recién habia entrado a la Universidad (eso fue en febrero del 2020), fui el primero de mi familia en ser admitido en una, luche durante 6 años anteriores a mi admisión por conseguir la beca a base de esfuerzo en mis estudios, pero todo ese trabajo se fue a la basura con las clases virtuales provocadas por la pandemia el primer año de clases lo aprove correctamente apesar todo,sin embargo el segundo año de universidad (2021) fue donde todo empezó a ir mal, como ya dije logre entrar a la universidad gracias a una beca que se me otorgo por mi rendimiento en secundaria, esa beca era mi única oportunidad de poder formarme y convertirme en un profesional, beca la cual en mi segundo año perdí por culpa de un mal profesor. A continuación les explicare como funciona el sistema de becas del que 27 personas incluyendome nos esforzamos por obtener; todos la perdimos por el mismo motivo ;La becas que se otorgan a personas de clase baja, gracias a su buen rendimiento en secundaria constan de ciertas reglas para mantenerlas a lo largo de los 5 años maximo que la otorgan Parte de las condiciones son las siguientes: Se debe matricular un bloque completo de estudio que consta de 5 cursos primarios por semestre y 2 optativos. Se debe asistir actividades para mejor el desempeño y rendimiento organizados por un apartado administrativo de la Universidad Solo se tiene derecho a reprobar 1 curso al año, sin embargo este debe ser cursado de nuevo en los 2 meses de vacaciones regulares en verano y debe aprobarse antes del inicio del siguiente ciclo Se debe matener un minimo de créditos(esto último no se como explicarlo, pero es algo asi como otro puntaje aparte de la evaluación regular) Únicamente bajo circunstancias excepcioneales el estudiante se puede dar de baja en la Universidad y recuperar la beca al reincorporarse siempre y cuando se justifique bien los motivos de su baja Se preguntarán quiza el por que especifico esto, bueno es para que comprendan como por culpa de la mala gestión administrativa y de un negligente y poco profesional profesor universitario 27 personas perdimos la unica oportunidad que teníamos de mejorar nuestra calidad de vida Como les dije anteriormente en mi segundo año de universidad en 2021 fue donde todo cayó en la basura, debido a que el primer semestre de ese año la Universidad decidió seguir con las clases virtuales como metodo de precaución contra el virus(en mi pais por esa época aun habian muchos contagios por la mala gestión sanitaria) repito ese semestre debia llevar los 5 cursos primarios, de donde se evalúan los créditos y gran parte de la nota general, pero el problema es que solo lleve 4, ya que uno de los supuestos catedráticos aprovechando la pobre administración de la U( llamare asi a la universidad de ahora en adelante para abreviar) se tomó ese semestre de vacaciones y se fue a Puerto Rico, dicho inescrupuloso se fue sin dejar ningún plan de estudio, examenes, proyectos o plan de contingencia a nosotros sus estudiantes los cuales pudiéramos usar para demostrar que cursamos dicha materia y así ser evaluados por la U, esto llevo a que al final del semestre en la evaluación general de rendimiento de la beca hicieran falta datos, los cuales los encargados vieron como incumplimiento de muchos de los parámetros que describe anteriormente sobre el sistema de becas,al no existir una evaluación en la materia que debía impartir dicho profesor, se nos registro en el sistema de la U como reprobados por abandono, lo cual afecto la evaluación general que debia de ser de 8 como mínimo pero con un curso en abandono bajo a 6.7 además por los mismos motivos tampoco se cumplieron los requisitos de créditos necesarios para mantener la beca,cantidad de cursos matriculados, abandono injustificado y baja de rendimiento, junto con el echo de que tampoco se podria recursar con otro profesor en verano, ya que a los estudiantes que "abandonan" sin justificación no se les otorga dicha posibilidad (ni siquiera en nuestro caso, que el abandono fue del docente y no de los estudiantes). Esto llevo a que 2 semanas despues del cierre de semestre se nos informará del retiró de nuestras becas, por ende si queríamos recursar debiamos asumir el costo de cada curso nosotros mismos el cual esta por alrededor de unos 350$ a 500$ por curso,dinero con el cual ninguno de nosotros contaba, por lo cual nos vimos obligados a tener que dejar los estudios ese mismo semestre a mediados de junio del 2021, posteriormente en agosto de ese año un bufete de abogados nos contactó, uno de mis compañeros es decir, un estudiante afectado por la negligencia queria que pusiéramos una demanda colectiva a la U y al profesor responsable por los daños causados y negligencia, sin embargo el costo del juicio era muy elevado y no podiamos costearlo, únicamente 3 personas que consiguieron financiación de sus familiares llevaron adelante esa demanda... Ahora pasando al siguiente acontecimiento esto ya que este incidente con la U no fue más que el inicio de mi declive personal, como ya les dije vivo en una zona rural por lo que el trabajo es escaso, a partir del julio del 2021y durante el último semestre de ese año pase a trabajar como jornalero, mi trabaja era podar, abonar los terrenos llenos de plantas de café que tenia mi jefe, ademas de preparar nuevas parcelas de tierra y biberos con semillas de cafe en estado de eclosión que en unas semanas debian ser trasplantadas a esas parcelas, otra parte de mi trabajo era alimentar a los caballos y bacas que se ubicaban en establos y mantener dichos resintos en buenas condiciones, todo esto por una paga algo baja, aunque tampoco puedo quejarme era un trabajo que necesitaba y el jefe siempre fue muy educado y amable nunca se atraso en el pago eh incluso me ayudo cuando uno de mis familiares se enfermo gravemente, le estoy muy agradecido. Llegado enero del 2022 el que era mi jefe al ser una persona ya adulto mayor y con desgastes oseos decidio retirarse de la gestión de sus plantaciónes de café y establos, paso esta responsabilidad a su hijo mayor el cual esa misma semana me despidio. Desde entonces eh estado desempleado con trabajos ocasionales de jornalero mal pagados, llegando a duras penas a final de mes, mi salud mental y física se ha ido deteriorando; alrededor de mayo de ese año es decir de 2022 sufri un accidente, caí del techo de especie de caseta a la cual estaba cambiando el tejado y me golpee la cabeza duro contra el suelo, lo cual llevo a un daño interno en uno de mis oidos, eso afecto a mi audición, estoy parcialmente sordo del lado izquierdo, el tratamiento para no perderla del todo fue costoso y mi familia lo cubrio con los pocos ahorros que tenian; sin querer ser mal agradecido, la verdad eso me hizo sentir culpa, pense "soy un adulto ya tengo 22 no debería de ser un gasto más para ellos debería ser yo quien lo cubra" tuve que pasar varios meses sin poder trabajar como en ocasiones cuando me salia algun trabajo hacía ya que el daño en oido era grave y cualquier otro golpe o situación poco sanitaria lo podía empeorar eso sin contar el resto de lesiones que sufri, en esos meses que pase encerrado en mi casa, la culpa de sentirme como una carga y un gasto extra para mi familia fue aumentando, me sentía y siento como un estorbo eh inútil, con el paso del tiempo desarrolle insomnio no soy capaz de dormir mas de 2h seguidas, es decir con regularidad me despierto y el maximo en total de horas que logro dormir pero con interrupciónes son de 4h a 5h, perdí el apetito, o bueno no se como explicarlo pero por mas hambre que sienta simplemente no logro tragar mas de 3 cucharadas lo cual me ha llevado a adelgazar mucho, esto a sido asi desde julio del 2022 y aunque apartir del 2023 retome el trabajar de jornalero siempre que se me ofrece lo cierto esque este poco mas de un año que eh transcurrido así, me ha afectado cada vez más la escasez de dinero en casa, el echo de que perdí mi única oportunidad de ser un profesional y ayudar económicamente a mi familia, el ser un lastre para mi ellos por que por mas que busco no logro conseguir trabajo estable y a todo esto se suma que han surgido más problemas debido al dinero y de salud en mis familiares. Al ver que por más que trato no logro hacer nada para ayudar se me ha crusado por la cabeza la idea del suicidio, digo sin una boca menos que alimentar, además que asi los gastos en otras cosas vitales se reducirian,dejaria de se un estorbo y asi quiza el nivel de vida de mi familia aumenta aunque sea un poco, la realidad es que aunque esto que acabo de escribir lo eh pensado incluso eh buscado maneras de hacerlo soy tan cobarde que ni de eso soy capaz. Sinceramente no se que hacer no veo una salida no veo opciones por más que busco no hay trabajo no puedo seguir con mis estudios,cada vez hay mas probablemas de dinero y de salud en mi casa y menos maneras de afrontarlos simplemente ya no quiero ser un lastre para ellos. PD:Si alguien se tomo la molestia de leer esto gracias.

Dijeron... como le van a hacer para quedarse con Apple...
Obrador o Troy... quien sea este ahí dirigiendo todo esto...
"Tu solo tienes que tener tu pasaporte en la mano..."
Quien sea... tiene que volver a seguir chupando... más duro...
Eso tengo lo por seguro los van a reparar... pero duro... que no tiene puta madre...
En Los Cabos en el 2020... ya salia la policía municipal matando a una persona le dicen alto... deténgase!
Mientras lo grababan con un celular... le descargan la pistola en el pecho el policía...
Tu ninguna policía ni nada... más que "tu puro pasaporte..."
Que sigan diciendo vas a ir al pueblo ese... van a repararlos a la de ahuevo... como los caballos...

Venezuela está entre los únicos 7 países que aún celebran corridas de toros con total legalidad. Personalmente fui a varias plazas de toros donde van en caballo correteando a los toros o becerros hasta que le dan una vuelta de campana y aciertan puntos. Fui par de veces porque mi familia le gustaba verlo y yo era pequeño. Siempre lo odié, me parece un deporte horrible igual que las peleas de gallos.
¿Cómo está esa movida en Venezuela? ¿Creen que alguna vez se prohíba?

Hola,
Escribo aquí en búsqueda de un punto de vista externo a mi entorno, puesto que esta es una cuestión delicada que ya no sé como abordar. Soy una mujer de 30 años y tengo un hermano 6 años mayor que yo. Nuestra relación siempre ha sido complicada debido a la diferencia de edad y que somos como el agua y el aceite. Somos tan diferentes que nunca nos hemos entendido mutuamente y nuestros caracteres chocan hasta el punto que generamos confrontaciones familiares graves en el núcleo familiar. Además, para complicar todavía más las cosas, mi hermano y yo trabajamos en el negocio familiar y creo que esto no ha hecho más que complicar la relación de ambos, hasta el punto de que mi padre ha tenido que recurrir a una persona externa entre nosotros para mediar entre nosotros. Yo soy una persona introvertida, con un problema diagnosticado de ansiedad y depresión del que me estoy medicando y al que acudo regularmente a terapia. Mi hermano es una persona difícil con la que trabajar, el típico perfil de trabajadojefe que cree que es mejor trabajador que nadie y que anula a todo aquel que no trabaja a su ritmo o su nivel. Sus opiniones son destructivas, no escucha y me considera en un nivel inferior al suyo pese a que eventualmente las acciones de la empresa serán equitativas entre ambos.
La situación que me lleva a escribir aquí viene del regalo de cumpleaños de mi padre. Mi hermano es la típica persona que detesta hacer regalos y habitualmente pasa el marrón o a su mujer o a mí, por lo que mi inicial era hablar con mi padre para ver qué quería y realizar un regalo en conjunto. Mi padre ha estad de viaje y mi hermano estuvo toda la semana pasada nervioso y alterado por el trabajo, por lo que decidí esperar a que se tranquilizara y a que regresara mi padre para organizar todo. Sin embargo, el día que mi padre volvió al trabajo me comentó que el domingo íbamos a ir todos juntos a comer para celebrar su cumpleaños y tenía muchas ganas, que además lo había organizado mi hermano (es decir, lo había organizado mi cuñada). Yo me quedo sorprendida y extrañada por sus palabras y procedo a hablar con mi madre esa misma noche. Quizás hubiera sido mejor escribir a mi hermano o a mi cuñada, pero yo estaba muy nerviosa y confundida y no me sentía con la confianza de hablar con mi hermano, quizás porque me daba miedo a que me dijera que no quería que yo fuera. Mi madre me cuenta el plan y me comenta que ella pensaba que yo lo sabía, a lo que le respondo que no, que nadie ha hablado conmigo ni me ha consultado nada. Mi madre me dice que habían cogido una visita guiada y que, además, el plan era ir luego a comer y que todo estaba ya reservado, lo que me da a entender que el plan no me incluye ni a mí ni, por supuesto, a mi pareja.
Y sí, tal vez debiera haber hablado con mi hermano, pero no me vi capaz. Mi hermano tiene una actitud muy violenta, cortante y desagradable cuando está en desacuerdo con algo o con sus opiniones dispares a las tuyas, por lo que yo sabía que él no me había incluido en el plan por la razón que fuera. Cuando toma esta actitud, yo me bloqueo por el pánico, en el sentido más literal de la palabra. Tengo ganas de llorar, vomitar y me tiembla todo el cuerpo.
No obstante, en contra de mis deseos, mi madre habla con él. Eso provoca, que sin ni siquiera hablar conmigo, mi hermano le da el regalo a mi padre en su nombre, en el de su pareja y en el mío (sin tener en cuenta a mi pareja, que le deja fuera). Y resulta que mi madre me explica que ellos habían cogido la visita guiada y la comida sin decirme nada porque pensaban que yo ya había cogido y dado el regalo a mi padre, un supuesto que no se ha dado ni que han consultado. Mi hermano no me dirige la palabra en el resto del día el día y yo estoy con una ansiedad de caballo, dolida por todo lo que ha pasado (duele que no te tengan en cuenta, al fin y al cabo). Entonces me llama por la noche muy enfadado y ofendido porque mi madre y no yo hablara con él y dice explícitamente que no quería que yo fuera, que él está en su derecho de ir con su mujer y su hijo a comer con nuestros padres sin contar conmigo si le viene en gana. Yo jamás he dicho lo contrario, pero le expliqué que en un contexto de celebración de cumpleaños se da por supuesto que vamos todo el núcleo familiar y el primero en suponerlo es nuestro padre, el cumpleañero.
Mi hermano no se disculpa. No considera que haya hecho nada mal a excepción de que quizás debiera haber hablado conmigo. Le he suplicado que no quiero estar en malos términos con él a lo que él señala que la única que mete mierda soy yo, pero que vale.
Me veo muy superada por mi hermano. No sé qué hacer. Creo que es una mezcla de desprecio y celos (siempre he tenido una relación muy estrecha con mis padres) que no sabe manejar. ¿Qué haríais vosotros en mi lugar? Mi hermano niega que haya un problema real, que todo es cosa mía y que no tiene ningún problema conmigo, aunque luego parezca pensar lo contrario. También quiero que conste que mi padre no sabe nada de esto, solo mi madre.
Muchas gracias por vuestro tiempo.

pagaron fue la panza chigüires, primero ke nada un coñuesumadre buenos días el ke está acá ya me deve algo de por si le llegan? Yo no creo en un coñuesumadre nadie caballo me depositan las pertenencias en este bolso y si es mielda no lo kiero, la doña ke anda con el vtelca se lo ahorra y me pone solo los zarcillos si no kiere k la deje chuki. MAMI, LA DE AYÁ!! mande botín… si si, la fresa de allá tu si me puedes ber el rostro diretamente corazón le llegas? MUAAACK coroné fue iphone ke sabroso el mío. El ke c ande con llamadera o mensajito ya save ke sigue, capisci o no capisci? ahora yo soy el colectol mamaguebo dame mi mielda eso me la gane yo, de aki no c baja ni c monta nadie señore a meno ke se me kieran es montar x el chaparro les hablo es claro, gracia a todo x la colaboración fueron un buen público de bn y todo.
se aclara la garganta justo antes de disponerse a salir del exitoso atraco, se dirige a los pasajeros robados mientras sus ojos acuosos le dan aspecto de querer llorar
Ufff.. Yo no quiero hacer esto gente, mi verdadero nombre es Raúl, no pretendía asustarles. Tengo un problema grave de sustancias, en una piñata hace ya 23 años me hice con un paquetico de cigarrillos de chocolate que hoy en día me tienen sumergido en el vicio, me estoy comiendo 5 cajetillas al día y cualquier atisbo de esperanza se desvanece cuando llegan las fechas del pago de mi alquiler, disculpen el mal rato y e…
la turba enardecida se abalanza sobre Raúl para recuperar a como de lugar las pertenencias que hace minutos les había robado
Lo sacan a patadas por el culo del autobús, dejándolo con la vestimenta rasgada y señalándolo de manera burlona mientras el chofer reanuda su playlist de Tito Rojas y todos se ponen a cantar al unísono
— Ni modo, hoy tampoco pude… - Dijo Raúl para sus adentros, ya fuera del autobús, mientras se disponía a sacar el último cigarrillo de chocolate que le quedaba en su bolsillo trasero a ver si así calmaba los nervios de la coñaza . No encuentra nada. Una última mirada al bus le hace notar que la señora del vtelca tiraba en ese momento unas migajas por la ventana.
— No quiero mierda. - Aseguró la doña mientras veía la humanidad desesperanzada del malechor quebrarse en mil pedazos más.
Derrotado, Raúl intenta mantener la calma, aunque es incapaz de lograrlo. Le duele mucho que Led Varela vaya a hacer su gira de Stand Up pronto y sabe que no tendrá dinero para ir a verlo junto a unos panas, un culito y una curda chilavert.

Estoy tratando de encontrar el nombre de este grupo de merengue de los 90. Recuerdo que tocamos el casete todo el tiempo que viajamos por RD cuando estuvimos allí de vacaciones un año. Intenté buscar en Google la letra de una canción que recuerdo pero no tuve suerte. estas son las letras que recuerdo:
Mienteme y di que me quires Mienteme y di que me amas Mienteme que me hace feliz Con esa maldad de tu mentirme me hace feliz
Yo se bien, que tu no me quires Yo se bien que quieres a otro Pero cuando me suelez decir Que tu a mi me quieres esa mentira me hace feliz
También tenían una versión merengue de Ya Te Olvide de Rocío Dúrcal.
y como muchos grupos de merengue tenían como un eslogan (como “Oro Solido, y en ingles, Solid Gold!” o “La Makina!”). Creo que el dellos era “A Caballo!”.
Por favor ayudenme!

Y no es por el chino calvo que pijeo a si trabajador...
Sino, por qué Guatemala, junto con Belice, son de los pocos que siguen reconociendo a Taiwán como un país, y no como una "provincia rebelde" bajo la politica de "una sola China unida"
El socialista súper Woke comunista (nombrado algo así por sus detractores) ha mostrado que es tan, pero tan comunista que no se lleva con el Osito amarillo de China ni con el partido rojo de esa nación, y ha dado palabras de aliento a los chinos que no son chinos, sino taiwaneses y aliados del imperio.
Se los pongo así, y esto es lo que perdemos:
China exportó a Guatemala en 2023 productos por unos 5,580 millones de dólares en maquinaria, vehículos, electrónicos, materias primas y manufacturas, entre otros, según datos de Agexport.
Por su parte, las exportaciones de Guatemala a China sumaron el año pasado 82 millones de dólares, principalmente en café, níquel, hierro, acero, macadamia, cobre, vestuario, metales preciosos, aluminio y madera.
Quiere decir, que con el hecho que el dragón asiático diga que no nos va a mandar, estaríamos perdiendo acceso a esa cantidad de dinero en productos, y buscarlos en otros mercados conllevaría un coste mínimo de 175%, mientras que el dictador bananero cool y Kawai del mundo tiene su biblioteca nacional futurista, nosotros tenemos iglesias evangélicas neo pentecostales, un ejército de simios de IQ 47, e ideólogos de calle que justifican el libramiento de Chimaltenango como una gran obra patrocinada por Taiwán...
Con que razón somos una fusión de Haití con Somalia pero en color cartón...
Por cierto, para el "besanalgas" taiwanés y los demás, que han de ser más inteligentes y estar dispuestos a bailar con la de turno... Sabían que:
El gobierno de Taiwan avaló el financiamiento de un segundo hospital en Chimaltenango, esto a expensas de expropiar los terrenos para desarrollo de tecnología agricola al poco conocido ICTA, con apoyo del exgerente Villatoro, quien, como bien sumiso ante el ojos puspos de Alejandro, le dijo que si, luego de darle una mamada política. Y todo parecería bien, ahora el gran problema radica en que si con un solo hospital en Chimaltenango, no alcanzaba para dar cobertura médica, menos con dos, sumado al desfalco de Q67 millones.
Y es que, a pesar de las denuncias y protestas de activistas, personal del ICTA, y de otras instituciones, el gobierno de Taiwan le valió y dió el dinero, para luego desmarcarse, como siempre lo hace, de los proyectos que patrocina y sale reluciendo la corrupción.
Pero así es mi país mágico, con corruptos y defensores de la ideología, mientras aquel feliz con su biblioteca, nosotros pisados, comiendo m... a dos manos, por qué es de nalguita de Lai Ching Te.
Y como dije en otra publicación, no apoyo a los chinos, solo me importa quien pueda beneficiar al país, alguien que suelta dinero para bolsillos de unos, o el que a cambio de nuestro voto nos pueda poner una red férrea eficiente? A la m... la derecha que se mete chaquetas mentales justificando lo jodidos que estamos por apostarle al caballo perdedor, cuando podríamos sacar algo mejor, si al fin son chinos ambos, que se maten o no con artes marciales, nos da lo mismo, solo quiero trenes y descuentos en Aliexpress para traer mis muñequitos de monas chinas.

La historia se llama "El último atraco". Es sobre Arthur Morgan y su banda, que planean robar un tren lleno de oro y joyas, pero se encuentran con una sorpresa inesperada. Esta es la historia:
Arthur Morgan se ajustó el sombrero y miró a su alrededor. Estaba en lo alto de una colina, junto a sus compañeros de la banda de Van der Linde: Dutch, Hosea, Micah, Lenny, Charles, Javier, Bill y Karen. Todos estaban armados y listos para el gran golpe. El plan era simple: esperar a que el tren pasara por el puente, hacerlo descarrilar con dinamita, y saquear todo lo que pudieran. Según Hosea, el tren llevaba una fortuna en oro y joyas, pertenecientes a un rico magnate de San Francisco. Era la oportunidad perfecta para llenarse los bolsillos y escapar de la ley.

• ¿Estás listo, Arthur? - le preguntó Dutch, el líder de la banda.
• Listo, jefe - respondió Arthur, con una sonrisa confiada.
• Bien, recuerda: nada de disparos hasta que yo lo diga. Queremos hacer esto rápido y limpio. Y sobre todo, no dejes que nadie se escape. No podemos permitirnos testigos.
• Entendido, jefe - asintió Arthur.
• Muy bien, chicos. Es hora de hacer historia. Vamos a por ese tren - dijo Dutch, levantando el brazo.

La banda se puso en marcha, montando sus caballos hacia el puente. Arthur se colocó al frente, junto a Dutch y Hosea. Llevaba una escopeta recortada y un revólver en sus manos, y una bolsa de dinamita en su cinturón. Estaba nervioso, pero también emocionado. Era el mayor atraco de su vida, y no iba a dejar que nada lo arruinara.
Llegaron al puente, y se escondieron detrás de unos arbustos. Desde allí, podían ver el camino del tren, que se acercaba por el horizonte. Arthur sacó su reloj de bolsillo, y lo abrió. Eran las doce y media. El tren debía llegar en cualquier momento.

• ¿Lo ves? - le susurró Hosea, que tenía unos prismáticos.
• No, todavía no - respondió Arthur, impaciente.
• Tranquilo, Arthur. El tren no va a escaparse - le dijo Dutch, con calma.
• Lo sé, lo sé. Pero no me gusta esperar - se quejó Arthur.
• Pues tendrás que acostumbrarte. La paciencia es una virtud, amigo mío - le aconsejó Hosea.
• Sí, sí, lo que tú digas - resopló Arthur.

De repente, oyeron un silbido. Era el tren, que se acercaba a toda velocidad. Arthur se puso tenso, y agarró su escopeta. Vio cómo el tren entraba en el puente, y se preparó para actuar.

• Ahora, Arthur. Ahora - le ordenó Dutch.

Arthur asintió, y salió de su escondite. Corrió hacia el puente, y lanzó una barra de dinamita al tren. La explosión fue ensordecedora. El tren se sacudió, y se salió de las vías. Los vagones se desprendieron, y cayeron al vacío. Arthur sonrió, satisfecho. Lo habían logrado.

• ¡Bien hecho, Arthur! ¡Bien hecho! - le felicitó Dutch, que también salió de su escondite, seguido por el resto de la banda.
• Gracias, jefe. Fue fácil - dijo Arthur, con orgullo.
• Vamos, vamos. No perdamos tiempo. Hay que aprovechar el caos - dijo Dutch, dirigiéndose al tren.

La banda se acercó al tren, y empezó a saquear los vagones. Arthur entró en el primero, y se encontró con un montón de pasajeros asustados y heridos. Algunos gritaban, otros lloraban, y otros se quedaron en silencio. Arthur no les prestó atención. Solo buscaba el oro y las joyas. Registró los asientos, los baúles, y las maletas, pero no encontró nada. Solo ropa, libros, y objetos personales. Arthur frunció el ceño, decepcionado.

• ¿Qué pasa, Arthur? ¿No hay nada? - le preguntó Micah, que entró detrás de él.
• No, nada. Solo basura - respondió Arthur, molesto.
• Qué raro. Hosea dijo que este era el vagón del oro y las joyas - dijo Micah, confundido.
• Pues se equivocó. No hay nada de valor aquí - dijo Arthur, saliendo del vagón.
• Vamos al siguiente, entonces - dijo Micah, siguiéndolo.

Arthur y Micah entraron en el segundo vagón, y se encontraron con la misma escena. Pasajeros asustados y heridos, y nada de oro ni joyas. Arthur empezó a sospechar que algo iba mal.

• Esto no tiene sentido. ¿Dónde está el botín? - se preguntó Arthur, frustrado.
• No lo sé, Arthur. Tal vez lo hayan escondido en otro sitio - sugirió Micah, esperanzado.
• O tal vez nos hayan engañado - dijo Arthur, con recelo.
• ¿Engañado? ¿Quién nos habría engañado? - preguntó Micah, sorprendido.
• No lo sé, Micah. Pero algo huele mal aquí - dijo Arthur, saliendo del vagón.

Arthur y Micah entraron en el tercer vagón, y se encontraron con una sorpresa. No había pasajeros, sino soldados. Soldados armados hasta los dientes, que les apuntaron con sus rifles. Arthur y Micah se quedaron paralizados, sin saber qué hacer.

• ¡Alto! ¡Manos arriba! - les gritó un soldado, que parecía ser el líder.
• ¡Mierda! ¡Es una trampa! - exclamó Arthur, dándose cuenta de la verdad.
• ¡Nos han tendido una emboscada! - dijo Micah, asustado.
• ¡No se muevan! ¡Están rodeados! - les dijo el soldado, con una sonrisa maliciosa.
• ¿Quién eres? ¿Qué quieres? - le preguntó Arthur, furioso.
• Me llamo Coronel Henry Favours, y soy el comandante de la Séptima Caballería. Y lo que quiero es verlos colgar por sus crímenes - respondió el soldado, con desprecio.
• ¿Qué? ¿Cómo sabes quiénes somos? - le preguntó Arthur, confundido.
• Lo sé todo sobre ustedes, Arthur Morgan. Y sobre su banda de forajidos. Los he estado siguiendo desde hace tiempo, y he preparado esta trampa para atraparlos. Este tren no llevaba oro ni joyas, sino soldados. Soldados dispuestos a acabar con ustedes. Y lo han conseguido. Han caído en mi red, como moscas - explicó el soldado, con satisfacción.
• ¡Maldito bastardo! ¡Nos has engañado! - le acusó Arthur, indignado.
• No, no les he engañado. Les he dado lo que querían. Un tren lleno de oro y joyas. Solo que el oro y las joyas eran balas. Balas que les van a perforar el corazón - dijo el soldado, con crueldad.
• ¡No te saldrás con la tuya! ¡Te mataremos a ti y a tus hombres! - amenazó Arthur, sacando su revólver.
• ¡No seas estúpido, Arthur! ¡No tienes ninguna posibilidad! ¡Somos más, y estamos mejor armados! ¡Ríndete, y quizás te ahorremos el sufrimiento! - le ofreció el soldado, con burla.
• ¡Nunca me rendiré! ¡Prefiero morir luchando! - dijo Arthur, disparando al soldado.

El soldado esquivó el disparo, y devolvió el fuego. Se desató un tiroteo entre Arthur, Micah y los soldados. Los disparos resonaron por todo el tren, alertando al resto de la banda.

• ¡Arthur! ¡Micah! ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? - preguntó Dutch, que entró en el vagón, junto a los demás.
• ¡Dutch! ¡Es una trampa! ¡El tren está lleno de soldados! ¡Nos han tendido una emboscada! - gritó Arthur, mientras disparaba a los soldados.
• ¡Qué! ¡Cómo! ¡Por qué! - exclamó Dutch, incrédulo.
• ¡No hay tiempo para explicaciones, Dutch! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Estamos rodeados! - le dijo Arthur, desesperado.
• ¡Maldición! ¡Esto es una pesadilla! ¡Vamos, chicos! ¡A luchar! ¡A luchar por nuestras vidas! - arengó Dutch, sacando su pistola.

La banda se unió a Arthur y Micah, y se enfrentó a los soldados. Se produjo un intenso intercambio de disparos, que llenó el aire de humo y sangre. Los soldados tenían ventaja numérica y de posición, pero la banda tenía más experiencia y más coraje. La batalla fue feroz y brutal, y nadie se dio por vencido.
Arthur disparó a un soldado que se asomó por una ventana, y lo vio caer al suelo. Luego, se giró y vio a otro soldado que apuntaba a Lenny, que estaba distraído. Arthur no lo pensó dos veces, y se lanzó sobre Lenny, empujándolo al suelo. El disparo pasó rozando la cabeza de Arthur, y se incrustó en la pared.

• ¡Arthur! ¡Gracias! ¡Me has salvado la vida! - le agradeció Lenny, abrazándolo.
• De nada, amigo. Eso es lo que hacen los amigos - le respondió Arthur, devolviéndole el abrazo.
• Te debo una, Arthur. Te debo una grande - le dijo Lenny, con sinceridad.
• No me debes nada, Lenny. Solo me debes tu amistad - le dijo Arthur, con cariño.

Arthur y Lenny se levantaron, y siguieron disparando a los soldados. Arthur sintió un gran afecto por Lenny, y se alegró de haberlo salvado. Lenny era uno de sus mejores amigos, y no quería perderlo.
Mientras tanto, Dutch se enfrentaba al coronel Favours, que se había refugiado detrás de una mesa. Dutch le disparó varias veces, pero no logró acertarle. El coronel Favours le devolvió el fuego, y le rozó el brazo. Dutch sintió un dolor agudo, y se cubrió la herida con la mano.

• ¡Maldito seas, Favours! ¡Te voy a matar! ¡Te voy a hacer pagar por esto! - le gritó Dutch, furioso.
• ¡No me hagas reír, Dutch! ¡Tú eres el que va a pagar! ¡Tú y toda tu banda de criminales! ¡Os voy a colgar a todos! ¡Os voy a hacer justicia! - le respondió el coronel Favours, con odio.
• ¡Justicia! ¡Qué sabrás tú de justicia, Favours! ¡Tú eres el verdadero criminal! ¡Tú eres el que mata a los indios, a los negros, a los pobres! ¡Tú eres el que sirve a un sistema corrupto y podrido! ¡Tú eres el que traiciona a tu país y a tu gente! - le acusó Dutch, con desprecio.
• ¡Cállate, Dutch! ¡Cállate, o te haré callar yo! ¡Tú no eres nadie para juzgarme, Dutch! ¡Tú eres un forajido, un ladrón, un asesino! ¡Tú eres el que vive al margen de la ley, de la sociedad, de la civilización! ¡Tú eres el que se opone al progreso, a la modernidad, a la libertad! - le dijo el coronel Favours, con arrogancia.
• ¡Libertad! ¡Qué sabrás tú de libertad, Favours! ¡Tú eres el que la pisotea, la viola, la destruye! ¡Tú eres el que impone tu voluntad, tu poder, tu violencia! ¡Tú eres el que somete, oprime, explota! ¡Tú eres el que no respeta la vida, la naturaleza, el espíritu! - le dijo Dutch, con pasión.
• ¡Basta, Dutch! ¡Basta de palabras! ¡Las palabras no sirven de nada! ¡Lo único que sirve es la acción! ¡La acción de mi pistola! ¡La acción de mi bala! ¡La acción de mi dedo! - le dijo el coronel Favours, apuntando a Dutch con su pistola.
• ¡Adelante, Favours! ¡Adelante! ¡Dispara! ¡Dispara, si te atreves! ¡Pero no creas que me vas a asustar! ¡No creas que me vas a detener! ¡No creas que me vas a vencer! ¡Yo soy Dutch van der Linde, y yo nunca me rindo! ¡Yo lucho por lo que creo, por lo que quiero, por lo que soy! ¡Yo lucho por mi banda, por mi familia, por mi libertad! ¡Yo lucho hasta el final, hasta el último aliento, hasta la última gota de sangre! ¡Yo lucho, y tú mueres! - le dijo Dutch, desafiando a Favours con su mirada.

Los dos hombres se quedaron mirando fijamente, con sus pistolas en alto, listos para disparar. Era el momento de la verdad, el momento del duelo, el momento de la vida o la muerte. Solo uno de ellos saldría vivo de allí. Solo uno de ellos ganaría la batalla. Solo uno de ellos haría historia...

• Dutch ganó el duelo disparando al corazón de Favours, después se escapa del tren con su banda, y deja de ser un forajido retirándose, y quedando en la historia del viejo oeste.

Mi nombre es Sebastian Jaimez.

Una vez soñé con el diablo, pero fue como mi versión, un enano medio rojizo en taparabos con arrugas y una cara muy fea y muy poco cabello, con un caballo negro negro sin cabeza y todo con un aura negra, no me dijo explicitamente que era el diablo, pero en mi conciencia me dice que el era el diablo

¿Por qué está mal que los hombres se aitodescubran Pero bien que lo hagan las mujeres? ¿Por qué los tipos que atacan a las mujeres no vírgenes Pero ellos son más promiscuos que un caballo drogado? ¿Por qué las chicas se quejan de los chicos con gustos de anime o porno Pero igualmente ellas rechazan a la mayoría de hombres ya sea bajos, raros, con lentes? ¿Por qué los hombres se quejan tanto de la quita de hijos Pero igualmente son malos padres?

Oh gran rey!!!
Tiene el culo pelado como un mandril...
Ooooh rey! Rey!.
Te hubieran puesto de nombre Reynaldo...
Oooh Leon! Leon de tu misma condición...
No te vayan a hablar un día de estos... se te ocurra contestar...
Quieras que te anden trabajando...
Yo solo tengo que hablar con los que trabajan conmigo...
Yo no tengo una pizzeria ni vendo nada por teléfono... ni rento putas ni nada de eso...
"Para eso hay que tener mucho dinero..."
Ya tenían a Don Giuseppe... que vergüenza... unos pobres jodidos... haber si pegaban un zarpaso... por una pequeña limosna... unas dadivas miserables... hacen daños inigualables...
Por nada... un puño de mierda...
Más o menos así es Europa... yo no me quedan ningunas ganas de ir...
Cuando me contaron lo del NHK... que coraje me dio... la escultura del caballo reparando esa de acero inoxidable del S-Bahn... toda la historia...
Circa de 1999... te vieron viendo el canal de TV, NHK... donde aparecia una máquina inoxidable que tenia una como valvula sumergida en agua de mar... con tuercas hexagonales...
Veian llegar de México... a los tales Enriques... los pancholines esos... Ernesto y el hermano puto...
😂😂😂

Estaba en el anexo mi mamá... la tal media hermana Gaby y sus hijos...
Estos últimos eran gente profesional que aparecian en lugares para parecer que la relación era real.... eran locos.
Me dice mi papá... dame esa playera para que se la de a tu amiga la cubana. Dice que te va a ayudar te va a hacer un trabajo.
Pasa el tiempo me dice mi papá... subete al carro vamps a casa de la cubana a decirle que es una rata... pues vamos....
Y que paso?
Poco tiempo antes lo llevaba yo a que le revisaran la Presion el corazón etc... le compraba cosas para el nadamas...
Tu mamá le dio unas cosas para un trabajo magico y cuando se las dio ni cuenta me di me pidió tu mamá 20 mil... y se los diste? Si le hice un cheque... pues ya te chingaron...
Nada que me chingaron... vamos...
Allá vamos... no estaba la Cubana tenia cerrada su casa...
Era una playera Hanes color gris...
Enrique si tu supieras lo que le pedian y le piden a Erin te quites esta madre como playera...
No te vas a aguantar... mantente tranquilo...
La playera.... hicieron cocaina... la usaron hasta que se cansaron... luminol... los hombre de nieve... salian hasta unos tales trabajadores... los llanteros caballos... la mujeres Paridas.... unas mamadas impresionantes.... "Rafael Herrerias"...
Tu mamá penso... que es para una niña... de un país que el nombre suena... como a cuentos de Adas... que se la coja... era esto la madre de las pesadillas...
Todo lo vas a saber...
Llegan al anexo... laurene creo les regala una lana... todos dicen Adiós...
Y empiezan a seguir lectures de mucha gente...
Me dicen antes de irme... "no te puedes llevar las playeras de aquí de inmigracion..." ah si OK... ahi las deje...
Salieron las mamadas esas...
"Llego Ernesto a tu casa... se metieron por la parte de atrás... traian la forma de copiar tus fotos de un album electronico de tu familia...."
Fue a Walmart se llevo todo junto con un Marco dorado que tenia la gorda esa atrás del sofa en unos estantes veía la tele...
Hacían o hacen pasar a quien quieren por tu papa por tu mamá... ya funciones parentales son o quieren ser personas reales... pero a una mente tan dura... lo unico que pasa es que les "sacas todo"
Cuando acabe esto.... "te vas a divertir..."
"Sin igual se pasaron de verga..."